Pasamos al humor más divertido de la mano del cómic La Era del Acuario, del autor e ilustrador Jordi alcoyano Peidro i Torres. Solo con echar un vistazo a la portada ya vemos que la dosis de humor la vamos a tener, ya que el estilo de la ilustración así lo anticipa, sin embargo, ese solo es uno de los vértices de una historia que busca algo más que hacernos reír.
Que, por cierto, cabe decir que esta obra ha ganado el premio Valencia de Novela Gráfica de la institución Alfons El Magnánim. Más allá de este merecido galardón, y también relacionado con éste, indicar que también está disponible esta novela gráfica en valenciano.
¿De qué va?
Nos encontramos ante un personaje que sufre una peculiar crisis de los 40, Álex ya no se reconoce a sí mismo, antes era un apasionado de los cómics, el cine y todo lo relacionado con la cultura pero… se ha hecho mayor y parece que todas esas aventuras que vivió han quedado atrás. Él quiere vivirlas de primera mano, quiere una aventura emocionante como ocurre en tantas historias que ha leído y, para ello, tomará una decisión a pesar de que su entorno no esté muy de acuerdo: embarcarse en el Transiberiano.
Decidido, se embarcará en este tren que promete muchas vivencias, algunas divertidas, otras emocionantes y por supuesto nostálgicas rememorando el pasado. De este modo, Álex viaja por Asia, descubriéndose a sí mismo y viviendo una vida que sí está dispuesto a vivir y, sobre todo, recordar.
¿Qué me ha parecido?
Nostálgico y también fácil de sentirte identificado desde luego. Es de esas historias en las que es fácil reflejarse, no es nada extraño ver un poco de Álex en uno mismo ya que, cualquiera que no viva una vida de aventuras, en cierto modo encuentra cierta exigencia interior en romper con la rutina y aventurarse en un viaje que deje todo atrás y prometa mucho por descubrir.
Precisamente por eso, nos encontramos con una lectura amena, divertida, nostálgica y con mucho que decir. Un disfrute de historia que enseguida comprendes por qué ha sido premiada. El equipo de este blog de cómics se compone por gente que sueña con esas aventuras que tienen lugar en cada historia que nos leemos, por eso la de Álex nos es familiar, cercana y cálida.
Se aprecia cierto carácter autobiográfico, no tenemos duda de que el autor ha mezclado realidad (a través de vivencias personales o cercanas) con ficción, una mezcla que le ha quedado verídica, divertida y original.
Si te ha gustado leer mi opinión puedes echar un vistazo a mi reseña de Ruinas de Carne y Hueso, donde viviremos una historia ochentera de terror.
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